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  • Writer's pictureElidio La Torre Lagares

Ojo en celo, corazón que siente: sobre Ojo en celo/ Eye in Heat, de Margarita Pintado, traducido por Alejandra Quintana Arocho



Ha llegado a mis manos Ojo en celo / Eye in Heat (The Arizona University Press, 2024), obra de la destacada poeta puertorriqueña Margarita Pintado, traducida al inglés por Alejandra Quintana Arocho. Considero que esta no es una traducción bifurcada, como la elección de audio al visionar una película. El trabajo de Pintado y Quintana Arocho se manifiesta como dos entidades lexicográficas deslizándose sobre la superficie bidimensional y única, evocando el principio de la banda de Moëbius. Esta tira, al ser girada y unida, revela propiedades insólitas, un fenómeno análogo a Ojo en celo / Eye in Heat, distinguido con el Premio Ambroggio de la Academy of American Poets por sus singulares propiedades topológicas.


El logro de Quintana Arocho radica, me parece, en la interpretación del título. "Ojo en celo" sugiere una observación o percepción intensa y apasionada, no en el sentido literal de celo animal, sino como una metáfora de la aguda atención y el fervoroso deseo de capturar la esencia o belleza de lo observado. Esta mirada se compromete profundamente con el mundo, tanto como paisaje, escenario o dimensión, como en un estadio de necesidad de comunión con el lenguaje y lo observado.


Desde el primer poema, Margarita Pintado inmersa en una pasión sensorial, esboza: «Para el ojo en celo/ y en brote de sequía//el azul del cielo disgregado/en cada grano de arena//flamea en la retina/ que finge y eyacula//sobre la orilla blanca/ de una página// el sueño mojado/ del poema». La estructura de dísticos fluye continuamente, culminando en el "sueño mojado del poema", una compleja simplicidad que, junto al título, anticipa una exploración de la creatividad y la percepción como experiencias autoeróticas, efecto replicado con igual intensidad en la traducción de Quintana Arocho.


Ojo en celo / Eye In Heat se destaca por su sensibilidad artística y la capacidad de extrañamiento de la poeta ante sus objetos de contemplación. Observar se convierte casi en un acto de traducción e interpretación. La traducción, entonces, no es meramente transcribir sino transmitir la idea, la imagen, la emoción; es, en esencia, una reinterpretación creativa. Traducir es, por lo tanto, vivenciar el poema, internalizarlo y recrearlo en otra dimensión.


Margarita Pintado, a través de sus versos, nos conecta con el mundo natural y las experiencias humanas desde una perspectiva única. Siguiendo a Coleridge, la percepción trasciende la sensación física; en Ojo en Celo / Eye In Heat, los sentidos son parte de un proceso perceptivo más amplio que involucra la mente, las emociones y la imaginación. El libro es un campo dinámico de energía que revela progresivamente su aproximación a la construcción poética. Palabras, imágenes, sonidos convergen orgánicamente, algo que Quintana Arocho logra capturar fielmente.


Pintado se entrega a cada palabra y frase, elaborando una poética del anhelo y la carencia. La poesía se convierte en un flujo de transformaciones, más que un mero observar atento; se nos revela un ser sensorial, conversando en intimidad, generando espacios de enunciación desde una ventana, una playa, la memoria o el vacío. El poemario es un paisaje, donde el lenguaje pulsa, desafiando las limitaciones de la comunicación y la percepción, entre expresión y afecto, dejando traslucir la insuficiencia inherente del lenguaje para capturar la complejidad de la experiencia humana, lo que a su vez genera una sensación de ambigüedad y desconcierto.


En su indagación por un lenguaje capaz de articular lo inefable, Margarita Pintado edifica una arquitectura de significados en tensión, una arquitectura habitacional. En el poema “Un suceso”, el acto de mirar a través de una ventana se convierte en una metáfora de la expectativa y la contemplación. El suceso, en apariencia ausente, subraya la actividad del lenguaje como un acontecimiento en sí mismo; el poema se erige como el escenario de lo que acontece.


La ventana emerge como símbolo dual que conecta y aísla, delineando la frontera entre el mundo exterior y el ámbito íntimo de la conciencia. Simboliza, además, la libertad y la creatividad, desafiando la noción de una realidad objetiva y consensuada, frente a la cual el lenguaje a veces parece insuficiente.


En “Bosquejo del llover”, el poema despliega una escritura minimalista y un lenguaje que evoca la cadencia de la lluvia, en un ejercicio reminiscente de William Carlos Williams, donde el poema se conforma como un espacio de deseo y acción. La lluvia, lejos de ser un evento estático, se revela como un proceso perpetuo, sugiriendo una continuidad que trasciende el instante.


Ojo en Celo / Eye In Heat moldea la estructura y forma poética desde la singularidad textual, erigiéndose en el “campo de experiencia” que la poeta aspira a comunicar. La destreza de la traductora reside en preservar la esencia de esta exploración, permitiendo que los poemas oscilen entre la representación y el lenguaje, al sondear los límites de la comunicación y la expresión. La percepción de que el lenguaje es intrínsecamente limitado para abarcar la complejidad de la experiencia humana engendra una sensación de desconcierto y ambigüedad, tanto en inglés como en español. Dividido en dos movimientos, “Naturaleza muerta / Still Life” y “Su sonrisa es un imán / His Smile Is A Magnet”, el libro irradia la intensidad del amor, considerado aquí como un lenguaje universal y profundamente humano.


El amor se configura como refugio, santuario y salvación.


Y mientras lo sea, que sea; pues si el ojo vive en celo, el corazón siente.

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